Desde el punto de vista de Comunidades de Aprendizaje, se entiende que todos los espacios del centro pueden llegar a ser educativos, dependiendo del enfoque, el modo de trabajar en esos espacios y la finalidad educativa de que se trate. Si esto ocurre en general en todos los espacios, tanto más en el caso de las bibliotecas, y también aulas de informática, a lo que sumamos la necesidad de poner todos los recursos de los que dispone el centro al servicio de la comunidad, de igual manera que dicha comunidad debe contribuir en la medida en que le sea posible con la aportación de recursos humanos o incluso materiales.

En la biblioteca tutorizada, por ejemplo, “acuden alumnos y alumnas voluntariamente para poder realizar las tareas escolares, resolver dudas, llegar lagunas académicas…” (Aretxaga y Landaluce, 2005:214), y pueden estar a cargo del profesorado o de algún voluntario, familiar, etc… Se trata de que las bibliotecas sean aprovechadas como lugar para interaccionar con otros compañeros, con algún adulto o voluntario, con el profesor… de manera que se conviertan en espacios de máximo aprovechamiento educativo, donde acudan los alumnos y alumnas a estudiar, comentar dudas, leer, charlar sobre algún tema…